Con el fin de mejorar las habilidades comunicativas de niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) impulsa el proyecto “Evaluación de la implementación de los tableros comunicacionales en la mejora del lenguaje de niños no verbales con el Trastorno del Espectro Autista (EVALTEA)”, una iniciativa orientada a reducir las barreras de comunicación mediante el uso de tecnología adaptada a las necesidades individuales.
El TEA es una condición neurobiológica que afecta principalmente la interacción social y la comunicación. En Ecuador, y específicamente en Guayaquil, cientos de niños enfrentan esta condición en distintos niveles de severidad. Muchos de ellos provienen de sectores vulnerables y carecen de acceso a herramientas tecnológicas que les permitan comunicarse eficazmente, lo que dificulta su desarrollo cognitivo y social.
Ante esta realidad, el proyecto EVALTEA propone la creación e implementación de tableros comunicacionales digitales personalizados que, instalados en tablets, permitan a los niños expresar ideas, emociones y necesidades. La herramienta es especialmente valiosa para quienes aún no desarrollan lenguaje verbal ni alternativo, y responde al llamado de personas adultas con TEA que destacan la importancia de una comunicación temprana para reducir la frustración que genera no ser comprendidos.
Las actividades del proyecto han incluido reuniones con familias para identificar las necesidades específicas de cada niño, el diseño de material personalizado, el desarrollo de tableros digitales y su implementación en dispositivos. Las tablets fueron entregadas con el respaldo de la UPS y empresas colaboradoras, asegurando así el acceso equitativo a la tecnología.
Hasta el momento, se han desarrollado tableros prototipo para dos fundaciones, así como versiones personalizadas para cada niño participante. La evaluación en curso busca determinar su efectividad y contribuir con evidencias que respalden el uso de estos recursos en contextos educativos y terapéuticos.
El proyecto se ejecuta en la parroquia Ximena, en Guayaquil, y tiene como beneficiarios directos a los niños de las fundaciones participantes. De manera indirecta, también se ven beneficiados sus familias, docentes y comunidades educativas, al facilitar procesos de inclusión y mejorar la calidad de vida de los involucrados.