El mundo se encuentra enfrentando un malestar emocional fuerte, pues en un abrir y cerrar de ojos, la vida dio un giro de 360° llevando a la población mundial a asumir cambios y nuevos hábitos en su rutina diaria; poniendo una pausa indefinida a sus actividades en el campo laboral, social, de educación, de deporte, de entretenimiento u otros; debido a la emergencia sanitaria en las que se ve amenazada la vida de muchas personas, a causa del virus que provoca la enfermedad del Covid-19, ya considerado como pandemia, por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El descontrol masivo que ha desatado el Covid- 19, ha sido el causante de una serie de situaciones de incertidumbre, como las compras de pánico, desinformación debido a la cantidad incontrolable de mensajes a través de redes sociales, que bombardean a un público que se mantiene en desconcierto.
Pero esta reacción del ser humano puede considerarse normal, según una investigación publicada en la Revista “Nature Neuroscience”, el científico Bryan Strange, director del Laboratorio de Neurociencia Clínica del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid (CTB-UPM) afirman que ante situaciones peligrosas o que puedan suponer una amenaza para nuestra vida, el cerebro usa un ‘atajo’ para enviar una alarma ‘ultrarrápida’ a la amígdala, el área encargada de procesar el miedo, entre otras emociones. «Cuando vemos imágenes de algo que puede ser una amenaza, la amígdala se activa, una actividad que se puede medir con resonancias funcionales y otras técnicas de neuroimagen», explica Strange.
¿Quiénes son los más afectados?
Ante esta compleja situación la OMS, enfatiza diferentes grupos de población que pueden ser afectados en su salud mental:
- La población que trabaja para salvaguardar la vida de las personas, arriesgando su propia salud, trabajando largas jornadas sometidas a presión y estrés.
- La población contagiada que sufre aislamiento total, miedo a la muerte y discriminación de la sociedad.
- La población que se ve marcada en las personas que poseen escasos recursos y tienen limitado acceso a los servicios sociales, alimentación y salud.
- La población que ha sufrido pérdidas de familiares a causa de esta enfermedad
- La población forzada a vivir una cuarentena y encierro para controlar el índice de contagios.
Sin embargo, todos estos grupos luchan a diario contra sentimientos de miedo, preocupación, impotencia y frustración; lo que afirma que el mundo no está preparado ante una catástrofe global de este tipo.
Pero ¿Cómo superar emocionalmente esta situación?
Actuar con mente positiva ante esta compleja situación que acarrea el mundo, se torna difícil pero no imposible; según el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid existen fases emocionales por las que atraviesa y atravesará la sociedad, pero además algunas recomendaciones:
- Asumir la realidad es una solución en medio de este caos, como una oportunidad de reflexión y aprendizaje, que nos permite obtener un espacio para un análisis introspectivo y la autoconciencia, de saber cuan mecánica se ha convertido la vida en medio de una descontrolada vida llena de estrés, contaminación, presión y malos hábitos, olvidándonos el valor de la empatía hacia los demás, la convivencia familiar y el descubrimiento de nuevas habilidades, nuevas ideas, nuevas formas de pensar; en reconocer que en estos momentos no existe clase social, dinero o popularidad. El control de crisis requiere de cambios de patrones de comportamiento, con una participación activa de la comunidad, no hablamos más de un tiempo de competencia sino de enfrentar juntos la enfermedad, respetando y cumpliendo las disposiciones para el cuidado de la sociedad.
- Planificar nuevos hábitos y no improvisar, consensuar normas y prácticas de limpieza y cuidado, respetar espacios y horarios.
- Evitar la sobreinformación, es importante estar informado, pero hay que evitar caer en la sobrecarga informativa y buscar fuentes confiables y oficiales.
- Mantener los contactos, con las personas, familia, amigos, vecinos.
- Aprovechar para hacer lo que nunca tenemos tiempo de hacer, actividades creativas, de aprendizaje, deporte, etc.